
Alguna vez en algún curso básico de física, quizá de electromagnetismo, puede recordar vagamente una cifra exorbitante acerca de la velocidad de la luz, es más, ni siquiera necesitaría recordarlo para darse cuenta cada mañana al despertar, que el sol no tarda años en llegar con su luz.
Como haya sido, quizá también le brotó la inquietud de los focos en su casa, de la energía que atraviesa los cables desde una conexión hasta el televisor o la radio, este computadora, si la duda surgió en la niñez es probable que hasta haya querido intentar contar el tiempo desde que encendía un aparato hasta que funcionaba, es evidente no lo lograba realmente, pero ante estas pruebas irrefutables, ¿es ésta la Velocidad de la luz?
Bien, pues no realmente. Lo que comúnmente llamamos "luz" en el hogar no son sino pequeñas partículas, electrones, que fluyen a través de las conexiones. Imagine, por ejemplo, una tubería de agua que llegue hasta su casa,y conectada a un kilómetro de distancia a una "llave maestra". La velocidad de la luz en el vacío es de 3X10 y elevado a la octava potencia, pero no conocemos una "velocidad del agua" de esas magnitudes,si abrimos la llave maestra por primera vez, es probable que prefiera saborear un café para esperar su llegada, sin embargo en posteriores ocasiones tardará tan poco, como lo hace normalmente, que querrá de verdad instaurar la velocidad del agua, pero no es que el agua se mueva tan rápido o la luz casera, electrones, lo hagan, es que la tubería esta tan llena que si entra una gota mas, o un electrón,empujara al resto a salir hacia la llave, o nuestros focos.
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